COMO VESTIRSE DE "ROMANO"

Domingo. 6:00 h de la mañana. El sol está aún dormido, profundamente. La luna, aún de fiesta, medio borracha y fumada.

La película de Tele5 acabó a las 2:00 de la mañana, aunque yo acabé de verla una horita y pico antes en mi sofá. Por cierto, además de ahorrarme un montón de anuncios, el final que soñé, cien veces mejor que el auténtico. Donde va a parar...!

Entonces, como las trompetas del juicio final en medio del desierto, en un estruendo, no por conocido, menos desagradable, mi despertador estalla.

La habitación de matrimonio se convierte en un infierno sonoro, con el despertador satánico-digital, hijo de mil cabras, pegando saltos y despertando a toda la familia... menos a mí, que seguía plácidamente dormido en el sofá. Lejos, muy lejos, en silencio... (homenaje a Manolo García y El último de la fila)

Por suerte, mi querida y solicita esposa se levantó, y corriendo, de pura emoción, llegó hasta mi cómoda posición en el comedor, realizó con mi despertador un fuerte lanzamiento parabólico, un tiro perfecto, que impactó en mi cabeza, justo en el centro de mi frente. ¡Glorioso despertar!. Si es que la quiero con locura... Luego se fue de nuevo a dormir después de apagar la tele, llena de anuncios larguísimos de cuchillos y mesas plegables.

Joder. Un día que puedo dormir tranquilamente y he quedado con los colegas de los quads. Bueno. Mi abuela decía que: -“Sarna con gusto, no pica”. Y sí. Si que pica, lo que pasa es que te aguantas...

¡Dios santo!, ¡que sueño!

La casa ha recuperado la calma y el silencio, momentáneamente. Con cuidado, comienzo la ardua tarea de vestirme de domingo...
El pantalón tipo ATV, el de la talla más grande que encontré, me va como dos tallas pequeño. Pero tengo un truco. Lo llamo “operación pellizco” (ATENCIÓN: TRUCO!): (poner música de relajación oriental, tipo Karate kid)

Suelto aire poco a poco, en varias respiraciones, con profundidad, concentrado, preparándome mentalmente, repasando paso a paso el ejercicio que debe realizarse con una precisión de cirujano para evitar daños irreversibles... Una vez sin aire, con una rapidísima y amplia inspiración, meto barriga hasta límites fuera de la física e intento unir el gancho rápido que sustituye a los antiguos botones. Normalmente, el éxito no viene con el primer intento. Repito la operación hasta lograr la casi imposible unión.
Antes de soltar de nuevo el aire y desplegar el tonelaje que me permite vivir los inviernos, por crudos que sean, tan agradablemente como las focas y ballenas del Ártico, con las dos manos estiro de mi súper desarrollada musculatura abdominal hacia arriba, hasta situarla justo por encima del pantalón y la suelto. Ya puedo volver a respirar.
Posición final: Barriga colgando por encima del estrecho pantalón.
Suerte que el fabricante sustituyó los botones de toda la vida por estas útiles presillas rápidas. Supongo que él también sería un ‘gran’ hombre. Imagino las pruebas, con botones disparados como mísiles por la presión abdominal y la discusión de usar hilo de nylon ultra resistente u otro método más seguro...

La camiseta de enduro, mucho mejor. En una tienda por Internet, encontré una inmensa, talla XXXXL americana y alta calidad, que me queda que ni ‘pintá’, casi grande.

Los calcetines altos, pese a que existen específicos para quad y ATV en las tiendas de motos, cualquier calcetín alto, tipo micheta de fútbol o fútbol-sala (más finitas) van de muerte. Eso sí, ponéroslos siempre limpios... y sin tomate, que luego molesta... ¡Y cortaros las uñas de vez en cuando, marranos!!

La peste, casi siempre va de serie con los pies.

Con las botas, tengo otro serio problema. Pese a tener un 43-44 de pie, medida normalita entre los españoles, mis gemelos son muy musculosos (a fuerza de mover mi tremenda humanidad, se han convertido en los gemelos de Schwarzenegger), con lo que el último cierre rápido, el de arriba del todo, queda siempre sin cerrar... Más si me pongo las rodilleras-espinilleras, baratas y incomodas, pero evitan lesiones.
Al menos, las botas son estancas realmente y no entra el agua...
Por cierto, con los pantalones abrochados, me es materialmente imposible llegar a cerrar los cierres rápidos inferiores de mis botas. (si es que, vaya mierda fabricantes). Vuelta a desabrochar (operación “liberad a Willy”), abrochar botas, cerrar cremalleras inferiores del pantalón y de nuevo la “operación pellizco” en marcha... Soplidos, gruñidos y golpecitos se suceden en el silencio de la noche.

A todo esto, ya estoy chorreando sudor como una compresa china. Lo bueno, es que me sirve de calentamiento muscular y lo cierto es que jamás he tenido un tirón por forzar los músculos en frío después de vestirme de “romano”. Es una ventaja, pero es asqueroso salir sudando y resoplando antes de arrancar el cacharro. Parece que no estés en forma...
Por último, la chaqueta de cordura roja, tipo Paris-Dakar, con más de 14 años, carísima cuando la compré para usar con mi fallecida Yamaha TÉNÉRÉ, pero más que amortizada, y con el mismo problema de talla que los pantalones.
Se ve que con los lavados ha ido encogiendo (jejeje), pero aún cierra justita, y sigue siendo calentita y protectora, aunque ha perdido la impermeabilidad. Una fina chaquetilla de plástico impermeable soluciona el problema si llueve..

Los guantes, dentro del casco de enduro, junto con las gafas, en el codo, las llaves en la mano, la documentación en el bolsillo interior, el teléfono móvil, los walkies, la cámara de fotos, el GPS, el dinero para el almuerzaco y la gasolina... Todo está preparado.
Antes de salir afuera, caminando como Robocop con hemorroides, clap, clap, clap, me acerco a la habitación de los niños para darles un besito y luego a la de matrimonio para dar un beso de amor a mi querida esposa. Me llevo de recuerdo un cariñoso golpe de almohada y unas bonitas pero irreproducibles palabras.

¡La amo!!

Al mirarme al espejo del recibidor, frente a la puerta de salida, la imagen de un ser, mitad morcilla de Burgos, mitad endurero, me sonríe.

-“Nen, hoy será otro gran día.”

(Cualquier parecido con la realidad es pura intención. Los personajes que aparecen en esta historia son reales. Ningún animal ha sufrido daños, excepto el narrador al recibir la caricia del despertador en la frente y un par de pellizcos por debajo del ombligo)

Frases del día:

“La pereza es la madre de los vicios...
... y a las madres se les respeta.”
–Les Luthiers-

“Ser tonto no debe ser tan malo.

Jamá he oido a nadie quejarse por serlo...”
–Les Luthiers-