QUAD PASION. El Blog de Jaimoto

Jaime Parés Cabeza, aficionado a los QUAD's, ATV's y MOTOS, preocupado por la mala imagen que actualmente tienen, espera poder cambiar algo este mundo, aunque solo sea la forma de actuar de los que disfrutamos de estas máquinas.

15 septiembre 2009

LA RUTA DE LA MUERTE!!!!


Este viernes, aprovechando que era fiesta en Cataluña (diada del 11 de septiembre), y con la escusa de que Nuriky estrenaba un flamante “Polaris Scrambler 500cc 4x4” y teníamos que darle un buen bautizo, montamos una salida por la zona del Lluçanes, sin alejarnos demasiado del camping, donde pudimos disfrutar de una buena mezcla de pistas y paisajes de la zona, de la que estoy profundamente enamorado.

La única pega, el polvo. Demasiado polvo.

Aún es temprano para hacer rutas con tantos integrantes por pistas resecas después de un verano bastante caluroso y seco. Y me jodió mucho, pues el maldito polvo hizo que muchos de los increíbles paisajes quedaran emborronados por una bruma espesa y marrón.
Por suerte, se acerca el otoño, que junto con la primavera son las mejores épocas para rodar por esta increíble zona de Cataluña.

Llegarán las lluvias. Tranquilos que repetiremos.

Jueves:

Fluket baja uno de sus quads hasta mi trabajo para que pueda acercárselo al camping, ya que solo disponen de un remolque de 2 quads y llevan 3. Preparo la “furgo” y lo metemos dentro.
Acabo de trabajar a las 19:00 y a las 20:15 ya ando por el camping, preparando mis “gatjets” tecnológicos (cámaras, gps, etc.…)

Viernes:

7:20 AM – Me levanto, con todo preparado el día anterior, por lo que solo tengo que vestirme. El verano ha añadido algo de volumen a mi cinturita de avispón y la operación pellizco (abrocharme los pantalones talla 50) se hace cada vez más dura.
Me zampo un yogurt griego bajo en calorías y descargo como medio kilo en el WC del camping. Sagrado ritual matutino.

8:00 AM – Empiezo a sacar quads al parking exterior, donde JCBlaster, con su flamante Yamaha 700 está esperando ya. Jordi también anda por allí.

Poco a poco van llegando los demás. Fluket, Nuriky y su hermano Ury, Géminis bien acompañado por Claudia, el cachondísimo Enric y JacLTZ con su mujer y el chaval, recién licenciado (licencia de ciclomotor).

Lástima que se cayeran de la lista a última hora mi buen amigo Marc y Serchs, pero cada domingo por la mañana salimos… estáis invitados.
Nos tomamos un cafelito en el bar del camping para arrancar motores, un pipi...

... y nos ponemos en marcha.

9:00 AM – Más o menos sobre las 9:00 emprendemos la ruta, sin tener demasiado claro hacia donde nos dirigíamos. Lo cierto es que sabía a donde los quería llevar, conocía los caminos y pistas (casi todos) pero no tenía claro ni el orden ni los horarios.

Improvisando, decidimos que lo mejor sería empezar por un vadeo de rio, dando así por bautizado el nuevo Polaris “Johnny 5” de Nuriky, y después marchar en busca de repostaje, para quads y pilotos, en Prats del Lluçanes.
El polvo, compañero inseparable desde el primer metro.


10 y pico AM – Primera parada gastronómica. En uno de los bares habituales en Prats del Lluçanes, paramos a almorzar algo consistente, que nos mantenga con energía para el resto de la ruta.

Decidiendo que ruta seguiríamos, comento a la peña que podríamos ir a la trialera mortal, y después acercarnos a la bajada de la muerte.
A partir de ese momento, cualquier pista, charco o restaurante que pisamos, ¡fueron de la muerte!!!
La pista de la muerte, el pantano de la muerte con su puente de la muerte, el plato de pollo de la muerte, el cafelito de la muerte…
Un cachondeo, como ya es habitual en nuestras salidas. Quedó bautizada nuestra ruta. La ruta de la muerte.


11:00 AM – Decidimos probar la tracción del “Scrambler” y las dotes trialeras del grupo, dirigiéndonos directamente a la trialera “de la muerte”, por unas pistas muy buenas.



Tan buenas eran las pistas que se me despistó medio grupo que la siguieron pese a que decidí llevarlos por una pista mala y rota a realizar un par de vadeos chulos…

Dimos media vuelta y los pillamos parados, con un problema en los frenos traseros de uno de los quads de JacLTZ, que se habían quedado enganchados y echaban humo, perdiendo toda efectividad para el resto del día… le quedaba el freno delantero y su experiencia… seguimos ruta.


Aprovecho las buenas pistas para hacer tres o cuatro tomas subjetivas de Géminis, Jorgito, Nuriky y Fluket. Todas buenas.



12:00 – Llegamos a La Quart, donde aprovechamos para sacarnos un poco de polvo de la garganta con bebidas compradas en la “Sole”, personaje casi de película de terror, con voz rota de “cazallero” fumador, dueña de un establecimiento muy singular, antiguo pero con sabor… no sé cómo explicarlo.
Tétrico pero con magia.



Allí esperamos a Rul, que llegaba de trabajar buena parte de la noche y se nos unió para realizar el resto de la ruta.


La trialera parte desde el ayuntamiento de la Quart, y conociéndola como la conozco, me lanzo a escalarla para poder tomar imágenes de los dos puntos más duros.



Nadie estuvo en apuros y subimos con alguna dificultad pero sin sobresaltos… hasta el llantazo de Fluket, que, cuando ya había pasado lo peor, golpeó la rueda contra un peñasco escondido, doblando la barra de dirección izquierda…



Con un martillo natural, mucho cariño y una fuerza descomunal, Rul consiguió poner en su sitio la barrita torcida.




Seguimos ruta.

13:30 – Empezaba a hacerse tarde, ya que teníamos hora a las 14:30 en el restaurante “de la muerte” de Santa Eulalia de Puig Oriol y yo no tenía 100% claras las pistas.
Una horita debería dar tiempo de sobra y nos dio tiempo, por supuesto.
Es lo malo de improvisar, y lo bueno de mi memoria de elefante.
No iba a tener solo el cuerpo… y la trompa.

Algunas pistas rotas, otras ya casi desaparecidas y otras infinitamente rápidas, nos llevaron sin descanso hasta la puerta del Restaurante “Cal Penyora”.
Allí la alcaldesa, con su furgoneta Citroën C15 modelo labriego, nos pegó la bronca por aparcar en la plaza del ¿pueblo?



Con resignación, buscamos una nueva ubicación para dejar los 11 quads y ATV’s y ocupamos nuestros respectivos sitios en la mesa. Allí se nos unieron a Rul, Jorgito y a mí mismo, la familia que subió desde el camping para compartir el momento.




No se las horas que nos pegamos allí, con muy buen rollo, buenos embutidos, buena comida y buenísimos postres. Les pedí a todos que no pidieran café, pues íbamos a desplazarnos hasta la también bellísima población medieval de Perafita, donde fabrican las mejores cocas del mundo y degustarlas con un café es una delicia reservada a unos pocos mortales con suerte.



Al final de la comida, la cara de la camarera era un poema, al pasar preguntando a las 21 personas que estábamos allí sentadas: -“¿quiere café?” con una respuesta siempre negativa y unánime.



Estoy seguro que hoy está cambiando de marca de proveedor suponiendo que ha corrido la voz de lo malo que es el café de su actual marca….


16:30 – Con las tripas llenas y más ganas de estirarse en un prado a echar una siesta que de volver a pilotar un quad por las polvorientas pistas, pusimos rumbo a Perafita.










Otra vez comiendo y bebiendo, degustando del “porronet” de Géminis un vino de misa cojonudo, zampándonos una coca rellena de chocolate y tomando cafés, batidos de chocolate y alguna botellita de agua.

17:15 – Reemprendemos la ruta buscando el final, con un cielo gris plomizo que empieza a amenazar lluvia. Pero aún no cae y seguimos comiendo polvo por una de las pistas más rápidas de la zona.
Una recta de más de 4km, recta con tiralíneas, con tan solo un salto impresionante como a la mitad… y polvo para llenar 3 puticlubs.


Enric llega con una sonrisa de oreja a oreja dejando una estela de polvo de 20 metros de altura y varios kilómetros de larga, pidiendo si le puedo ir a grabar el salto de nuevo.
¡Así me gusta! ¡que disfrutéis!

Esa zona era nueva para todos, hasta para mí, pues la habíamos descubierto la semana anterior. Eso llevó a que Rul y yo mismo discutiéramos la ruta a seguir, ya que salimos a un camino que no conocíamos. Rul acertó. Como él dice, yo llevo un GPS integrado en el cerebro... y él és una ampliación de memória de 8 gigas.


Nos dirigimos al pantano “de la muerte” por pistas y caminos recién arreglados, muy anchos y lisos, pero de nuevo imposibles de polvo. Yo, que iba el primero, disfrutaba como Marc Coma en un Dakar, derrapadas larguísimas y muy controladas sobre un suelo de piedrecitas muy resbaladizo.




Los de detrás, pese a dejar muchísimo espacio, seguían peleando con el polvo.




El maldito polvo provocó el momento negro de la ruta. Mi cuñado (y sin embargo amigo) Rul, al final de una de las pistas anchísimas, en una curva de 90 grados a derechas, que desembocaba en un puente de escasamente 1,50 de ancho (bautizado por el grupo como “el puente de la muerte”, lógicamente), se salió, yendo a parar al fondo del pantano (de la muerte, también)





Todos estábamos muy preocupados.

Enric
, con la cara muy seria, le preguntó a Rul, mientras aún estaba en el agua:

Enric: -“Raúl. ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?”
Rul –“si, me duele un poco la espalda, pero estoy bien…”
Enric: - “Entonces… ¿me puedo reír ya?
Rul: -“!si hombre si, ríete ya, cabrón!”
Alguien de por allí: -“¿pero te has hecho daño?”
Rul: -“Los autónomos no nos hacemos daño nunca… Chuk Norris era autónomo, y Stallone, y Schwarzenegger…”



Resultado:
El pobre Kymco, patas arriba, flotando (sí, los quads flotan) y Rul, tirando de él hacia la orilla, con la espalda bastante dolorida por el golpe.




Informe de daños:
cuentakilómetros roto, rasponazo en los bajos del Kymco, dos teléfonos móviles inutilizados y un quad lleno de agua, tosiendo líquido cada vez que intentábamos arrancarlo.



Después de varios intentos de vaciarlo totalmente de agua y ponerlo en marcha, el pobre quad buceador arrancó, pero no subía de revoluciones por culpa de la cantidad de agua que entró en el depósito.


Por desgracia, fue el momento de poner fin a la ruta. Y empezó a llover a mares, dejándonos chorreando, pero con unas pistas sin polvo al fin, ahora que íbamos a continuar por carretera.

Remolcado primero por mi LTZ400 que se quedaba sin embrague por momentos y después por la bestia Polaris Sportman 800 de Géminis, llegamos al camping y empezamos a recoger. Quads a los remolques, ropa sucia y mojada por la lluvia al maletero y ropa limpia y seca para el viaje de vuelta.


Un último sorbo en el bar del camping antes de la marcha, permitió ver algunas de las fotografías y videos tomados en ruta.



Una ruta cojonuda, con gente de nuevo cojonuda, en la que sobró muchísimo polvo y el accidente de Rul para que hubiese sido un 10. Dejémosla en un 7 “pelao” y la repetimos en noviembre a ver qué tal…

Geminis, te prometo una cita con la Bidente.
Y a los demás, os llevaremos a la bajada de la “muerrrrrrrteeeeee!!!”.

Gracias a todos!!

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